Vuelta a la rutina.
Vuelta a las horas haciendo nada en las habitaciones.
Y a proponernos hacer deporte sin ningún resultado aparente.
Vuelta a todo ello. O al menos, a casi todo.
Porque como bien dijiste, ya no todo es igual. Y por mi parte, yo sólo espero estar haciéndolo bien esta vez. Sólo espero no cometer los mismos errores.
Sólo espero ser feliz.
No tengo prisa por llegar.
Nunca he cogido un atajo.