Has de tener cuidado. Yo ya aprendí mi lección. A mí ya me tocó sufrir.
Pero gracias a ello ahora sé diferenciar lo que vale la pena de lo que no.
Aprendí a disfrutar del momento y saber apreciar lo que no parece importar y es tan grande.
A querer con los cinco sentidos, y si puedo poner más de mi parte, más aún.
Y ahora yo te lo advierto, te doy mi consejo, que es lo mejor que te puedo dar: ten cuidado.
No quieres levantarte una mañana y darte cuenta de que entonces, conmigo, fuiste feliz.